Resumen:
Desde que el PEN de nominara a Río Negro y Neuquén como "el Comahue" para incluirlas dentro de la política de los "polos de desarrollo" en los cincuentas, hubo controversia respecto de si se trataba de una partición arbitraria. No pasaron muchos años para que los acontecimientos demostraran que ese vasto territorio no formaba una unidad geográfica, socioeconómica y política lo suficientemente consistente para englobarla en una palabra. Pero pese a su incierta entidad, sociedades como Hidroeléctrica Norpatagónica (Hidronor) e instituciones como la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) se crearon tomándola como referencia. Más abundantes aún son los casos de organizaciones cuya jurisdicción rebasaba los límites provinciales: La Fraternidad, la Federación de Obreros y Empleados de Correos y Telégrafos (FOECyT), la "Zona 13" de la CGT nacional, las cámaras empresariales de transportistas, de hoteleros y de panaderos, el Partido Comunista (PC) y la Regional VII de la Juventud Peronista (JP), son algunos ejemplos de cómo la constitución en principio imaginaria de una región fue tornándose real al ser considerada pertinente por diversos grupos. ... El término "Comahue", entonces, perduró en prácticas y discursos pese a su ambigüedad hasta que estudios recientes lo reemplazaron por el de Norpatagonia. No se trató de un simple cambio de denominación, sino de conceptos: mientras "Comahue" designaba a un mero espacio topográfico ni siquiera claramente definido -en algún momento quiso agregársele a La Pampa y a varios departamentos bonaerenses- el otro se refiere a una región entendida como un sistema abierto en permanente construcción integrado por varios subsistemas. Más adelante afirma “La acelerada urbanización de la Norpatagonia colaboró con la proliferación de conflictos sociales.