Resumen:
La producción del valor y apropiación del patrimonio
cultural como manifestaciones compartidas y vividas de una
cultura, se vinculan directamente a las especificidades del
contexto socio‐territorial del cual éstos son símbolos
característicos. Territorializar el patrimonio significa destacar
que éste es expresión de una comunidad particular, en el
sentido de que se encuentra siempre arraigado a un espacio
propio, por lo cual se constituye en un patrimonio fuertemente
territorializado.Bajo este marco, entonces, distintas escalas territoriales
del patrimonio (mundial, nacional y local) responden a
distintos procesos sociales de valoración y jerarquización, a
distintos actores y recursos, y a diversas expectativas y
posibilidades de apropiación social. Sólo considerando estos
diversos elementos se podrán reconocer cuáles son los
diversos sentidos a los que responde el proceso de activación
social del patrimonio.