Este trabajo aborda las relaciones entre el Estado y la territorialización indígena en el siglo XX argentino, a partir de un estudio de caso ubicado en la provinciade Neuquén que permite observar los vínculos entre una familia indígena (Quintriqueo, hoy reconstituida como comunidad Kinxikew) y Parques Nacionales, así como el Parque Nacional Nahuel Huapi. Estos vínculos delinearon un campo de posibilidades para la territorialización indígena y la reorganización comunitaria. A partir del análisis de documentos de Parques Nacionales creados a lo largo de las seis décadas estudiadas, se ofrece una periodización de la situación progresiva de desmembramiento del núcleo de familias que componían la comunidad. Se sostiene que en un primer momento, entre los 30 y los 50, se inicia la precarización territorial aún manteniendo una relación cordial entre el Parque y las familias. Tras ello, los conflictos por el espacio escalan para hacer de las décadas del 60 y 70 los momentos de mayor persecución. Se propone que las estrategias indígenas a lo largo del periodo fluctuaron entre intentos de diálogo con el Estado y la desobediencia cuando aquellos encontraban límites.
This paper addressesthe interactions between the state and Indigenous territorialization in 20th-century Argentina through a case study in the province of Neuquén. The study explores the ties between an Indigenous family (Quintriqueo, now reconstituted as the Kinxikew community) and National Parks, particularly Nahuel Huapi National Park. These connections shaped a field of possibilities for Indigenous territorialization and community reorganization.Based on an analysis of National Parks documents produced over the six decades under study, the paper offers a periodization of the progressive fragmentation of the family nucleus that formed the community. It argues that, in an initial phase between the 1930s and 1950s, territorial precarization began, despite a still-cordial relationship between the park and the families. Subsequently, spatial conflicts escalated, making the 1960s and 1970s the period of greatest persecution. The paper suggests that Indigenous strategies throughout this period fluctuated between attempts at dialogue with the state and acts of disobedience when such negotiations reached their limits.