Resumen:
La historia de la humanidad ha subido desde siempre
a la escena. Por eso es que la historia del teatro es la
historia de la censura. Por lo demás, el teatro es la manera
que tiene la historia de tomar conciencia de sí misma.
Todos somos, pues, personajes y la escena no hace sino
desnudarnos, mostrarnos en ese espejo que el Rey Ricardo
II pide para ver sus arrugas. Sus arrugas son las nuestras. La
criatura de William Shakespeare ha abdicado y, en su
encierro, quiere ver su rostro. ¿Cuándo, Ricardo, es
verdaderamente un rey? Cuando se quita la corona. La gran
pieza política del Cisne de Avon, muestra el corazón de un
hombre, los arrabales por los que transcurre hasta que llega
a escuchar el latido de la muerte. La historia en el teatro argentino tiene una profunda
huella y la asociación entre teatro y política es inevitable.